jueves, 26 de abril de 2012

Límites y falta de responsabilidad


No sé por qué algo en mi interior se resiste a aceptar esa necesidad de límites que se supone tienen los pequeños y que nosotros deberíamos cubrir poniéndoselos bien claritos. Luego lo pienso y es innegable que vivimos rodeados de límites.. algunos insalvables y otros no tanto.. impuestos, acordados.. incluso autoimpuestos y autoacordados.. universales, sociales, personales.. los límites existen y no todos son necesarios por lo que veo más acertada la afirmación "los límites son inevitables" en lugar de "los límites son necesarios".

Hay algunos límites que no hace falta ponerlos porque están ahí.. antes de que apareciera la palabra 'límite' ya estaban.. y son las leyes naturales, las que rigen el mundo que habitamos. Los límites que nos marca la Naturaleza son universales e indiscutibles y las consecuencias de sobrepasarlos pueden ser catastróficas.

Otros límites no están tan claros, según el lugar del mundo en el que nos encontremos se pintan más aquí o más allí. También según quiénes seamos, de quién nos rodeemos o una múltitud de otros factores.. son los límites sociales. Muchos de ellos van acompañados de una consecuencia (castigo o sanción) bién definida. Aquí entran leyes, códigos, normas de cortesía.. y haría notar el hecho de que los grupos sociales pueden ir haciéndose cada vez más pequeños hasta llegar a la familia.

Por último, yo veo otro tipo de límites referentes al indivíduo, los que nos marcan como nos tratamos, tratamos a los demás y dejamos que los demás nos traten, basados en los valores que nos mueven.. en la moral.

Lo que me preocupa relamente de este tema de los límites en los niños es el lugar desde el cuál se ponen. Cuando se habla sobre ello suele aparecer enseguida otra frase "los niños tienen que saber que sus actos tienen consecuencias". Me da la sensación de que los límites pierden su sentido si no van acompañados de la consecuencia que hay que enfrentar si se sobrepasan.. y en muchos casos estas consecuencias no dejan de ser castigos. No me convence el hecho de que mis hijos actúen por no sufrir las consecuencias, me gusta mucho más la idea de que ellos actúen movidos por una serie de valores que les indique hasta dónde pueden llegar. Sería algo así como "no hago esto porque si no [consecuencia]" contra "hago esto porque quiero/creo/me gusta [valor]". Lo mismo que me gusta la idea de que mis hijos vayan descubriendo los límites en lugar de que alguién se los imponga.. para ésto nosotros, sus madres y padres, tendríamos que trabajar con ellos en los valores, en lugar de en las consecuenicas-castigos, y no encuentro otra forma de hacerlo que con el ejemplo, transmitiendo valores desde nuestros actos y no desde nuestro blablabla.

Veo otro problema a los límites impuestos.. y es que al llevar a actuar con la intención de evitar una consecuencia que vendrá del exterior desaparece toda responsabilidad sobre los propios actos. Llevemos la mirada al mundo adulto, lleno de leyes que prohíben, obligan, sancionan y castigan. Ya casi hemos olvidado por qué no deberíamos hacer ésto o hacer lo otro, si lo hacemos o no es porque se puede o no se puede, la responsabilidad de nuestros actos queda fuera de nosotros, no nos hacemos responsables porque otros ya se han responsabilizado al decirnos lo que tenemos que hacer y lo que nos ocurrirá si no lo hacemos.Sin embargo, esta falta de responsabilidad es la que da sensación de seguridad a muchas personas, no es verdad? "La libertad implica responsabilidad" de ésto se trata.. y libertad no significa sin límites, significa libertad para establecer nuestros propios límites para relacionarnos con el resto del mundo. Si reflexionamos bien sobre ésto podemos darnos cuenta de que somos aquellos niños criados con límites impuestos sancionadores y así seguimos viviendo, así hemos aprendido a vivir y a estar.. y así creemos que tenemos que educar a nuestros hijos.. o quizás es que no sabemos hacerlo de otra forma.

"No tires el papel del suelo que va a venir el policía", "deja de saltar en el sofá que me enfado", "no toques eso que se va a enfadar la señora", "si gritas así nadie te va a querer". Todos éstos son ejemplos muy típicos que muestran cómo evitamos nuestra propia responsabilidad ante la educación de nuestros hijos y por otro lado cómo motivamos a nuestros hijos a través del miedo a las consecuencias. Nosotros deberíamos responsabilizarnos y enseñar valores sobre el cuidado de las cosas, las propias, las ajenas y las comunitarias como es el caso de la calle. O mostrar la forma adecuada, basada en el respeto a los demás, de comportarse en distintos lugares como en una tienda. O siemplemente expresar nuestros sentimientos, como puede ser el caso de que nos de miedo que se caiga del sofa y se haga daño, o acercarnos a las emociones del niño y mostrarle como manejarlas cuando grita desbordado. Se marcan los mismos límites pero de una forma radicalmente distinta con efectos radicalmente diferentes.

No pongo en duda que en una casa, en una familia, son necesarias unas normas de convivencia que aseguren el bienestar de todos sus integrantes. No me resisto a recordar que las normas deben adecuarse a la edad de los niños y respetar sus necesidades. Estas normas de convivencia no dejan de ser límites, sin embargo, a mí particularmente no me gusta nada esta palabra creo que por lo desvirtuada que está y la ambigüedad a la que da lugar, por eso prefiero usar palabras más específicas.. leyes físicas o naturales, normas de convivencia, de cortesía, moral, leyes jurídicas, código civil, de circulación.. incluso unos hábitos saludables de comida pueden marcar unos límites en una familia. Así que os animo a que hagáis el esfuerzo de ser más específicos a la hora de hablar y hablaros de límites.. a que esclarezcáis de qué se trata exactamente, de que busquéis el valor que se esconde delante del límite antes de saltar a la consecuencia que hay detrás y de que no eludáis vuestra responsabilidad ni se la neguéis a vuestros hijos.


"La libertad de uno termina donde empieza la del otro."

26 comentarios:

  1. Buena no, buenísima reflexión. Eso sí, a la hora de la verdad es mucho más difícil educar de esta forma, que a mi me parece la idónea, que con el modelo consecuencia, con la que normalmente se consiguen las cosas de forma más inmediata aunque no recale el mensaje.
    Es necesario más esfuerzo por nuestra parte, pero merece la pena.
    Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Gallinita, es verdad que nos resulta más difícil educar de esta forma porque nos obliga de una u otra forma, en algún momento o más bien en varios, a mirarnos a nosotros mismos. Quizá con el límite-consecuencia-castigo el adulto consiga lo que quiere del niño de forma más inmediata pero con el tiempo tendrá que ir incrementando la dureza de las consecuencias.. esta es una gran desventaja que no se suele tener en cuenta y luego va todo como una bola de nieve.. imposible de parar. Gracias por comentar y besos!

      Eliminar
  2. Pienso igual que tú pero lo veo complicado por el lastre educacional que llevamos y porque es mucho más difícil con un bebé más pequeño. En ello estamos...
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Marian, el lastre educacional del que hablas es precisamente lo que nos lo pone difícil y es aquí donde entra el trabajo personal. Es curioso pero yo diría que con un bebe pequeño es todo mucho más fácil! Besos!

      Eliminar
  3. Este es un tremendo tema, es muy bueno abordarlo porque podemos perder el norte de lo que deseamos.
    Tenemos que ser consecuentes y equilibrados, creo que ser el ejmplo ayuda.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pamela, para mí has dado en el clavo.. creo que para no perder el norte es importante tener presente todo el rato que, aunque no queramos, nuestros niños se educa con el ejemplo. Besos!

      Eliminar
  4. Yo también odio profundamente ese concepto. Límite. Es en si mismo un despropósito coartando y coaccionando.
    Me gusta como piensas.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Totalmente de cuerdo contigo Silvia! A mí también me gusta como piensas tú :) Besos!

      Eliminar
  5. Ay Carol, como siempre qué reflexiones más acertadas! hoy he tenido un día especialmente difícil con mi hija, que a sus 3 años y medio da sobradas muestras de un fuerte carácter y determinación que nos lleva a situaciones no siempre fáciles de gestionar para mí...me viene a la mente tu gran frase de "mejor no hacer nada", qué razón y qué duro en ocasiones llevarlo a cabo!
    Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay María preciosa, has tenido un día de esos.. pero te diré algo a ver si te ayuda a ver las cosas de otra forma.. ese fuerte carácter y determinación de tu hija es simplemente su carácter.. y es así porque tú la dejas serlo, no intentas cambiarla según tus preferencias.. tu hija tiene mucha suerte :) la aceptas como es, la acompañas.. y ya se, no siempre es fácil. Enhorabuena! Mogollón de besos!

      Eliminar
  6. Creo que en general deberíamos hablar con más propiedad.
    No estoy segura de que la palabra límite sea igual que la palabra norma, pero desde luego yo prefiero la segunda.
    Creo que son necesarias ciertas normas de convivencia, y como bien dices existen infinidad de límites externos. Cuando dicen que si no le pones límites va a hacer siempre lo que quiero no puedo estar más en desacuerdo, hay multitud de cosas que le limitarán sin que seamos nosotros los que se lo prohibamos.
    Como bien dices, yo no quiero limitar a mi hija, quiero enseñarla valores y dejarla que aprenda en esa libertade de valores. Que nadie dice que sea fácil.
    Un besazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es cierto Carol, los límites están ahí.. para ellos y para nosotros.. y me parece mejor ayudarles trabajando en valores a que ellos mismos pongan esos límites. No, nadie dice que es fácil pero es muy gratificante. Besos preciosa!

      Eliminar
  7. Ay, Carol, qué me gustan tus reflexiones, gracias!
    Este tema me provoca una sensación extraña y es que, aun entendiendo que forman parte de la vida misma y en ocasiones rigen nuestra convivencia de manera positiva, en el sentido que nos ofrecen seguridad para desarrollarnos, no dejan de ser un sentimiento agridulce. Como bien dices, hay límites físicos, que van más allá de nuestra voluntad o deseos, aunque nos empeñemos en burlarlos, sabemos cómo son. Sin embargo hay luego infinidad de límites y matices morales, muchos de ellos, creo incluso, que estamos por experimentarlos, yo misma me doy cuenta de cómo van variando esos límites en mí misma y me descubro pensando y aceptando cosas que antes no me planteaba o al revés.
    Leyendo "Libertad y límites, amor y respeto" de Rebeca Wild comprendí que los límites son necesarios para sentirnos seguros, especialmente de pequeños, y por tanto desenvolvernos en ese ámbito a nuestra voluntad y a la perfección hasta estar preparados para dar un paso más, sobrepasar ese límite. Sin embargo, también experimenté en bastantes ocasiones un amargo sabor en alguna de las maneras de ponerlos en práctica, no sé cómo explicarlo, la sensación que me quedaba no era satisfactoria... tal vez soy demasiado blanda para esto de los límites... lo cual no quiere decir que no reconozca que hay que vivir y coexistir en comunidad...
    Siento haberme enrollado tanto, ya sabes lo que nos pasa :)
    Millones de besos agradecidos!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Colo, me parece que dices algo muy importante, que los límites van cambiando junto a nosotros.. nuestros límites van evolucionando junto a nosotros. Esa inflexibilidad de la que hablan aquellos que defienden el poner límites sancionadores me parece tan antinatural.. Comparto contigo esa sensación agridulce con los límites y de hecho antes de reflexionar sobre ellos para escribir esta entrada yo siempre decía que no hace falta poner límites a los niños. Pero he caído en la cuenta que, como digo, son innevitables, simplemente a nivel familiar mantenemos unas mínimas normas de convivencia.. y el descubrimiento para mí ha sido el que los límites no tienen por qué ser como nos lo pintan si no que se pueden llegar a ellos de forma constructiva. Ale, yo también me he enrollado :D Más millones de besos para tí!

      Eliminar
  8. Es muy interesante el tema que planteas y coincido bastante con tu punto de vista. Aunque también es cierto que se ve más fácil desde el plano teórico de la disertación, que luego en el día a día. Me han llamado mucho la atención los ejemplos que has puesto porque son comunes y yo me digo: no sería más fácil y coherente decir "no tires el papel al suelo porque si no ensuciaremos la calle" o "no saltes en el sofá porque puede romperse y ya no podríamos sentarnos en él". Al menos les estamos explicando el porqué les pedimos que no hagan una cosa, no escondiéndonos tras un "va a venir el policía" o "no te voy a querer".
    El peque es aún muy pequeño para razonar con él, pero cuando hace alguna cosa que no "debería" pues le pedimos que no lo haga y le explicamos por qué con naturalidad, e intentamos llamar su atención a otra cosa. Y a base de repetir esta actitud siempre que se produce la misma situación observamos que desiste de algunas de ellas. Qué complejo (y sencillo a la vez) es ser padres!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. @Mousikh gaupa, sin duda alguna.. ésto es mucho más fácil en el plano teórico. Leyendote se nota una gran sentido común y responsabilidad.. en tí parece más sencillo! ;) Besotes!

      Eliminar
  9. El tema de los límites me tiene... harta. Es la conversación más cotidiana entre los adultos con niños pequeños, el "cómo" poner límites. Todo el mundo haciendo catarsis y pasándose recetas, y en gran porcentaje, las recetas incluyen castigos de distintos tipos. Yo sé que le pongo límites a mis hijos, seguramente lo hago, pero vamos, más que límites es sentido común!!! Si se me va corriendo en la calle, y la llamo y no hace caso, la alcazo y le tomo la mano y le digo que tiene que venir cuando la llamo y listo ya está! hay adultos que se la pasan gritando media hora, pero que no hacen nada, no intervienen, como que se quedan mirando que el niño reaccione. Y el niño esperando que el adulto haga algo aparte de gritarle. Yo le pongo límites a mis hijos, pero ante todo les explico como son las cosas y porqué. Nunca se me hubiera pasado por la cabeza convocar a un policía, no se tiran cosas en la calle porque está mal, y no hay discusión posible, en todo caso sí una explicación adecuada a su edad. En mi experiencia, los niños entienden. Muchas veces necesitan que el adulto accione, pero por sí mismo, no pidiendole al niño autocontrol.
    Y en mi opinión, cuanto más tiempo pasamos con nuestros hijos, y cuanto más tiempo pasamos de calidad, más se comparte, más se habla, y no hace falta andar mandoneando. Cómo decís, con el ejemplo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ay Irene, parece que te están dando la lata con este tema, no? Todo lo que dices me parece muy lógico, opino como tú. Muchas veces esto de los límites me parece ua forma de mostrar al niño "quién manda aquí", por lo que los límites llegan a carecer por completo de sentido. Un beso gordo guapa!

      Eliminar
  10. Y hay otro aspecto que para mi es muy importante: el de nuestro propio trabajo personal. Una cosa es la teoría (lo que yo opine o sepa de los límites) y otra cosa es lo que "me sale", lo que voy a hacer en realidad (fruto de mi experiencia, de mi educación...).
    No sirve de nada, decidir, con la cabeza, que vas a dejar que tus hijos
    Muchas veces, cambiamos un dogma por otro (el biberón por la teta, la cuna por el colecho, los límites por todas partes por las consecuencias...) y nos olvidamos de los fundamental: el trabajo personal, interno, el que duele, el que no está escrito en ningún libro, el nuestro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. seeducansolos, y no solo creo que sea un aspecto más sino que creo que es El Aspecto.. el trabajo personal del adulto que le permita acompañar al niño desde donde quiere. Porque como decía más arriba Marián, el lastre educacional que llevamos a cuestas puede llevar al traste todos nuestros buenos propósitos. Gracias por tu comentario tan acertado a mi parecer. Un beso!

      Eliminar
  11. curiosamente siempre tengo presente tu última frase: "La libertad de uno termina donde empieza la del otro." Esa es la esencia de hasta donde podemos llegar sin dejar de respetar a la otra persona. La palabra límite me eriza el corazón!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Derya! SUelo tener muy presente esta frase.. me parece una forma muy natural de mantener el respeto hacia mi persona y hacia los demás. Estamos bastante en sintonia tú y yo, eh? ;) Un besazo!

      Eliminar
  12. “Casualmente” hoy he leído este texto que te dejo por aquí:
    “Porque lo cierto es que no podemos amarles y dominarles al mismo tiempo. O lo uno o lo otro. Ahí es donde tendríamos que poner los límites para que el Poder no nos invada y nos corrompa por dentro.
    Los deseos de nuestras criaturas no son caprichos improcedentes, sino la expresión de su vitalidad; y como tales hemos de cuidarlos y respetarlos. Ello supone una resistencia sostenida y permanente al modelo de socialización y de educación de este mundo.” (La sexualidad y el funcionamiento de la dominación. Casilda Rodrigañez)
    Besazos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias MaGiA, me encanta Casilda, pone palabras a sentimientos y vivencias que a veces no se ni nombrar. El texto que reproduces es enorme.. cuanto significado en tan pocas palabras! Un besazo y gracias de nuevo!

      Eliminar
  13. Carol, me ha encantado tu reflexión de hoy. Yo también me lo he preguntado muchas veces y confieso que más de una vez he caído en el error de "imponer" límites advirtiendo de las nefastas consecuencias que tendrá el no cumplirlo. Jamás he caído en el castigo por sobrepasar un límite porque no creo que los castigos sean la forma de hacer entender a un niño pequeño lo que no se debe hacer, pero conozco a padres que caen sistematicamente en ello y que consideran que es lo mejor para hacer entender los límites a un niño.

    Ahora que mi hijo se está soltando en el lenguaje me gusta dialogar con él. Explicarle el porqué de las cosas y darle un significado real a lo que tiene cumplir o incumplir un límite. No tanto "amenazar" ni soltar frases catastrofistas como se tiende a hacer

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Silvia, lo cierto es que si nos dejamos llevar desembocamos sin duda en imponer límites, castigos, y demás artimañas de una crianza autoritaria porque es de donde venimos. Estamos viviendo el cambio y tenemos que crear consciencia.. requiere un esfuerzo pero nos hace sentirnos en sintonía con nosotras mismas, verdad? Gracias y un beso!

      Eliminar