martes, 18 de diciembre de 2012

Llantos


El esfuerzo por dirigir a los padres y madres en la crianza de sus hijos debería orientarse a lograr acompañar sus llantos. Porque creo que aquí es donde radican muchos de los conflictos que surgen en nosotros y que nos incapacitan para estar a su lado.. en calma.. cuando ellos están inmersos en la desesperanza. Y esa desesperanza puede estar causada por cualquier cosa.. cualquier cosa que "no puede ser", puede ser.. pero no es momento de juzgar, ni de abandonar, ni menos aún de perderse en esa locura transitoria..nuestro papel debería ser el de sostener el hilo por un extremo mientras ellos están al otro extremo sumergidos en la oscuridad de la cueva en la que se encuentran. Si soltamos el hilo, les abandonamos, si nos metemos en la cueva a rescatarles estaremos perdidos junto a ellos, cómo saldremos entonces de ahí, de esa oscuridad emocional?

Yo he estado en ésta última situación.. en ocasiones los lloros de alguno de mis hijos han hecho que suelte el hilo desde fuera y entre corriendo a acallar sus lamentos porque algo en mí no lo soportaba.. pero sabéis qué? desde dentro es muy difícil ayudar a nadie porque una misma queda perdida.. y además me aterra el descontrol, me aterra hacerles daño a mis niños estando ahí dentro todos. Y me resulta fácil imaginar cómo madres y padres aterrados llegan a hacer daño a sus hijos.. involuntariamente, en un intento desesperado de salir de ese agujero insoportable. Y por eso digo que deberíamos capacitarnos para acompañar los llantos de nuestro hijos, porque las consecuencias puedes ser terribles..

¿Qué sentimientos despierta en tí el llanto de tu hijo o hija? Y lo verdaderamente importante.. puedes manejarlos?

Para mí hay varias cuestiones a tener en cuenta aquí. Si creemos que hay motivos para que nuestro hijo o hija llore y además lo hace acorde a la intensidad y duración que creemos adecuada según nuestro juicio, puede que sea más fácil acompañar ese llanto que si se sale de los límites de nuestras expectativas . Por eso creo importante recibir el llanto de nuestros hijos libre de juicios. "Llora sin razón", éste pensamiento cargado de juicio nos predispone a abandonar al niño o niña en su llanto. Y si nos quedamos aquí, sin intentar ver la situación desde otra perspectiva, seguramente que surjan sentimientos de rabia y de ira, junto a la frustración que traerá la sensación de no entender por qué de repente, sin comerlo ni beberlo, nos encuentramos en medio de esta batalla.. cuando desde nuestra mirada limitada no hay razón para ello!  y estaremos ambos perdidos en el torbellino de emociones y sin nadie que nos rescate.

Sin embargo, puede que no comprendamos las razones del llanto desde nuestra posición pero sí desde la posición del niño o niña. Es necesario empatizar con ellos si queremos situarnos a su lado y dejar de estar enfrente suyo. Así es que igual para nosotros no hay razón para el llanto pero ellos no son nosotros.. son niños! algunos de nosotros ni siquiera lloramos ya.. si hacemos el esfuerzo de ponemos en su piel sentiremos ese llanto.. y entonces, da igual qué pasó antes, da igual el por qué.. podremos acompañar ese llanto. Si hay algo de lo que hablar ya lo haremos más adelante.

Pero puede pasar que aunque escuchemos sin juicios y con empatía, ese llanto despierte en nosotros unos sentimientos que no sabemos muy bien ni de dónde, ni por qué aparecen, ni cuánto tiempo llevan ahí. Yo creo que ésto tiene que ver con nuestro niño o niña interior y con su historia.. que es la nuestra pero que, a estas alturas, puede ser totalmente desconocida para nosotros. Así que aquí hay un camino en solitario que recorrer, un camino hacia adentro que nos lleve a reencontrarnos con los niños y niñas que fuimos y preguntarles qué les ocurre ante el llanto de nuestros pequeños. Puede ser útil intentar recordar qué pasaba a nuestro alrededor cuando llorábamos.. nos lo permitían? qué hacíamos si no nos lo permitían? cómo reaccionaban ante nuestro llanto? Me gusta tener presente eso que dice Laura Gutman sobre los mecanismos de defensa que adoptamos de niños.. entonces nos sirvieron pero ahora como adultos tenemos otras herramientas.. podemos abandonarlos si ya no nos sirven.. y sí, podemos llorar.

Cuando un niño o niña llora dan igual los motivos.. puede que pensemos que se lo ha buscado, que está sufriendo las consecuencias de sus actos, que es una tontería, que lo que quiere no puede ser.. pero en el momento del llanto deberíamos estar junto a ellos acompañando "eso" que sale.. aunque sea en la distancia pero emocionalmente disponibles. El llanto de nuestros hijos no se puede ignorar.. y tampoco lo que despierta en nosotros. Trabajar con los padres y madres en la búsqueda de un equilibrio emocional a través del autoconocimiento es disponer unas condiciones de seguridad para los niños.