lunes, 25 de julio de 2011

Me han dado un premio!

Con lo que me costó decidir abrir un blog! Tenía mucho dentro que contar, que compartir.. pero todo tan desordenado.. no me veía capaz de darle forma y bueno, poco a poco van saliendo las cosas. El caso es que, a día de hoy, ningún conocid@ mío sabe que puede encontrarme aquí, desnudando mi alma a mi manera.. y es que para mostrarse vulnerable hace falta mucha seguridad.. y, sorprendentemente, esa seguridad que me faltaba la estoy recibiendo del propio blog que soy yo misma y también tod@s los que participais en él. No me arrepiento de incorporarme a vuestro mundo, esta blogosfera maternal tan llena de amor, verdades sin tapujos y ternura.

Y ahora sí.. mil gracias Gracitata por acordarte de mí al pasar este premio, como he comentado en tu blog eres mi hada madrina ;* . Gracias también a Bren, de "Amo ser mamá", creadora del premio super-mamá.

Añado estas líneas para mencionar que otra super-mamá, Linibau, también se acordó de mí a la hora de repartir este premio. Muchísimas gracias preciosa! Me hace mucha ilusión!
 

Para recoger el premio tengo que contestar a la siguiente pregunta:

¿Qué es para tí ser mamá?

Para mí ser mamá ha sido y es un descubrimiento. Nunca he sido especialmente "niñera".. si bién siempre he pensado en mí como una futura madre nunca pensé que tipo de madre sería. Pero luego me encontré embarazada y me descubrí totalmente conectada con mi propio cuerpo y con el que se gestaba en mis entrañas. Nunca había pensado antes en el parto pero sabía que no quería ni epidural, ni episiotomías, ni ginecólogos.. descubrí que quería vivirlo plenamente. En mi segundo parto tenía la certeza de poder parir yo sola y con ayuda de mi compañero y unas comadres maravillosas parí en la intimidad de mi casa, y me descubrí poderosa! No me había preocupado por la lactancia antes pero tenía muy claro que yo le daría teta a mi niña y descubrí lo placentero que es darse. He descubierto que para criar a un hijo solo hace falta amor y respeto. También he descubierto sombras con las que lidio cada día y me hacen crecer como persona, mujer y madre. Para mí ser mamá es descubrirme a través de mis hijos. Y ahora me descubro como una super-mamá ;).

Y ahora llega lo mejor, pasar el premio a otra super-mamá. Y de las que me vienen a la cabeza me quedo con una porque el resto ya lo tienen.

Marina de El blog de bebé a go-gó!. Me acompañó como doula en mi segundo parto y la tengo un cariño especial. Además su blog es una verdadera enciclopedia sobre embarazo, parto y crianza. Acaba de nacer su segunda hija y sé que es una super-mamá. 

Y para todas esas super-mamás con las que comparto el espacio físico y aprendo tanto.. aunque (todavía) no tengan blog ;).

Actitud zen


Hace unos días leí un artículo de Laia Monserrat, "Meditar en la ciudad", en el que animaba a los lectores a ser más conscientes de cada instante vivido aún imbuídos de la cotidianeidad de la vida urbana. Proponía unos ejercicios para trabajar la atención en el presente y vivir con más serenidad el día a día. El caso es que me he dado cuenta de lo equivocada que estaba al respecto de esta práctica de la meditación. Yo siempre esperando, buscando y aprovechando momentos tranquilos para dedicarme al arte de la contemplación que tanto me gusta. Pero, como dice Laia, el meditar en un ambiente sereno y silencioso.. es fácil! El reto está en encontrar ese sitio de nuestro interior que nos permita mantener una actitud meditativa entre el bullicio de la vida cotidiana. Ahora me doy cuenta de que no es una idea que desconocía, porque justamente esa es la idea de la practica zen, el mantener esa actitud meditativa durante todo el día y todos los días.

Después de leer sobre cómo meditar en la ciudad quedé preguntándome.. y, cómo meditar en la ciudad y con niños? Y me ha entusiasmado la idea de adoptar una actitud zen, creo que puede ser muy beneficiosa para mí y para mis niños.

Por un lado, es muy común oir a los padres y madres quejándonos de lo rápido que crecen nuestros niños, de lo rápido que pasa el tiempo.. pues bien, viviendo cada instante más conscientemente no tendremos esa sensación de que se nos va el tiempo sin enterarnos, aprovecharíamos mucho más el tiempo que tenemos con nuestros hijos.. y no es eso lo que más deseamos las madres? casi es como "conseguir más tiempo".

Por otro lado, al estar más conectadas con ese sitio de nuestro interior que nos aporta paz y serenidad estaremos mejor dispuestas para afrontar los momentos conflictivos que se nos presentan con nuestros pequeños. Digamos que mientras estemos conectadas con la "fuente" estaremos provistas de santa paciencia (para entendernos) y más dispuestas para empatizar con nuestros hijos y sentir sus necesidades.

Estas son algunas de las cosas que he ido probando estos días:

- cuando escucho a mis hijos. Me pongo a su altura, les miro a los ojos y no solo les escucho sino que les siento. Merece la pena ese esfuerzo por sentir lo que intentan transmitir :) son tan grandes nuestros pequeños! En vez de "a buen entendedor pocas palabras bastan" yo diría "a buen sentidor no le hacen falta palabras".

- cuando hablo con mis hijos. Lo mismo, me pongo a su altura y les miro a los ojos. Además también intento sentir como han recibido el mensaje. Que la comunicación fluya en ambos sentidos.

- cuando les duermo. Después de saltar, cuento y ese momento de desfogue toca apagar la luz. Entonces empiezo a prestar atención a mi respiración y a la de ellos. Noto como poco a poco van haciendose más lentas, más profundas, se oye algún suspiro, bostezo.. también siento sus cuerpos encima del mío como van relajándose.. y absorta en esta meditación de repente caigo en que ya están dormidos.

- cuando amamanto. Muchas, muchísimas veces mi hijo toma teta estando en el fular mientras yo hago cosas en casa o simplemente voy por la calle.. esta puede ser una tarea que se desarrolle en segundo plano, aún así, se dan numerosas ocasiones en las que el amamantamiento es un momento íntimo entre madre e hijo. En esas ocasiones estoy con y para mi hijo, busco sus ojos, le acaricio, le susurro, le canto, .. y el me responde con su mirada, sonriendo, tocándome al cara, .. uhmmmm, que delicia!

Y bueno.. estoy solo al princpio de integrar esta, para mí, nueva actitud zen en mi vida. Puede que más adelante tenga más experiencias para compartir. Animo a tod@s a arrojar un poquito de consciencia sobre el día a día y sobre nuestros cachorrillos.. y a compartirlo!

miércoles, 20 de julio de 2011

Mejor sola que mal acompañada? La tribu que nos toca.


Hoy en día, el tener a la familia cerca es un "lujo" que muchas madres y padres recientes no pueden disfrutar. Es de sobra conocida la frase "para criar a un niño hace falta una tribu entera" pero en nuestros días las tribus han desaparecido, vivimos rodeados de gente pero en soledad. La tribu se ha quedado en la familia y como he dicho.. eso con mucha suerte. Pero que pasa cuando la tribu que nos toca no apoya nuestra forma de criar a nuestros hijos? Se supone que las madres jóvenes aprenden y asimilan la crianza de las madres experimentadas de su tribu y serán ayudadas y guiadas por esas figuras maternas.. pero eso ya no pasa. Las madres jóvenes nos planteamos la crianza desde nuevas perspectivas que a menudo chocan con las que tienen nuestras propias madres y en consecuencia nos encontramos peor que solas.. nos encontramos mal acompañadas.

Nuestras madres, suegras, hermanas, tías, abuelas o quienquiera que desempeñe esa figura materna experimentada, se sentirían tremendamente ofendidas y desestimadas al leer esto "mejor sola que mal acompañada". Pero yo lo confieso, mas de una vez lo he pensado.. y, la verdad, ese pensamiento me crea sentimientos muy molestos al creerme una tremenda desagradecida.. y no lo soy, no señor!

Como veis, este tema me contradice a mí misma.. y voy bailando al son del humor que toque ese día. Si lo tengo bueno se agradece todo y lo que no es de agradecer pues "no pasa nada.. a estas alturas no voy a cambiar a nadie.. lo hacen sin mala intencion.. lo hacen lo mejor que saben..". Pero como tenga el día torcido todo pero todo me sienta mal.. hasta una cacerola de lentejas hechas con todo el amor del mundo me sienta mal.. porque ese día me apetecía cous-cous.

Y en serio que yo valoro muchísimo la ayuda brindada.. sobre todo la que me permite dedicarme en cuerpo y alma a mis hijos y olvidarme de asuntos terrenales y domésticos.. eso si que me parece una gran ayuda.. y además tengo la suerte de contar con ella.

Pero el problema viene cuando nuestro entorno, nuestra tribu  interfiere en la relación íntima entre madre e hijo, cuando todo lo que recibe la madre le dice que desoiga esa vocecilla interior que la hace apresurarse a atender a su bebe cuando llora, a darle lo mejor que tiene para él que es toda ella.. es su cuerpo y tambien es su alma. Nuestros hijos también son nuestro cuerpo y nuestra alma.. de qué forma podríamos desatenderles sin desatendernos a nosotras mismas? Cuando la tribu que nos toca nos hace dudar de nosotras mismas, nos hace dudar de nuestro amor maternal, cuando sentimos a la tribu en nuestro contra.. creedme "mejor solas que mal acompañadas".

Ahora bien, como se libra una de toda una tribu cuando además se tiene la "suerte" de contar con ella? Solo se me ocurre una forma.. y es no dejar que sus "bienintencionados" comentarios, opiniones, consejos, lecciones y de más nos afecten, que no nos hagan dudar, que no nos creen rabia ni nos hagan mala sangre.. y para esto tenemos que estar muy seguras de lo que hacemos y de lo que hemos elegido hacer, solo eso! No debemos explicaciones ni tenemos que justificarnos.. nosotras sabemos muy bien por qué y para qué hacemos lo que hacemos.

Para conseguir esa seguridad que nos permite vivir la maternidad en la tribu que nos toca, las madres de hoy contamos con el apoyo de otras tantas madres que son fieles a ellas mismas y están recorriendo el mismo camino que nosotras en busca de esa seguridad. Madres que han dudado en algún momento y que seguirán dudando en muchos otros pero saben que todo lo que tienen que saber está en su interior. Cada una se encuentra en un punto del camino y todas aprendemos de todas, nos apoyamos, nos ayudamos y confiamos unas en otras y asi hemos formado nuestra propia tribu.. la de verdad.

Gracias a todas las madres que he encontrado por el camino y a las que me queda por encontrar!

domingo, 10 de julio de 2011

Sobre el respeto


 El respeto.. el tan ansiado respeto.. ese al que todo el mundo aspira y espera.. porque respeto merecemos todos, todas las personas, todos los niños, todos los ancianos (si, hay que especificar porque parece que a veces los niños y los ancianos no son personas) incluso los animales merecen respeto! Acabemos diciendo que todos los seres vivos merecemos respeto. Como veis, es un tema harto amplio este del respeto. Como os pedreis imaginar, aqui nos vamos a centrar en el respeto entre padres e hijos.

Pero vamos a ver.. ¿que es el respeto? En seguida me viene a la mente la imagen del tipico padre recto y autoritario exigiendo respeto a sus hijos y consiguiendolo a base de castigos, humillaciones o privaciones. Pero este "respeto" en realidad no es respeto, es miedo. Miedo de los hijos a las consecuencias si no hacen lo que el padre espera. Estos hijos nunca aprenderan de su padre lo que es respeto. Este padre nunca conseguira el respeto de sus hijos. Porque este padre no respeta a sus hijos.

El respeto es el reconocimiento y aceptacion de las necesidades y sentimientos del otro (si hablamos de respeto a alguien o a algo) o de uno mismo (refiriendonos al respeto por uno mismo). Asi de sencillo! Y esto llevado al terreno de la crianza sigue siendo igual de sencillo (en teoria, claro). Si tenemos en cuenta que los niños aprenden sobre todo del ejemplo, la mejor forma de conseguir hijos respetuosos es siendo nosotros mismos respetuosos. Respetuosos con ellos, respetuosos con nosotros mismos, respetuosos con el projimo y con la vida.

Una buena conexión con el niño, un apego seguro con nuestro hijo, nos permite estar más conscientes de sus necesidades y sentimientos y, por lo tanto, poder responder desde el respeto. Me parece interesante hacer notar el hecho de que muchos padres no son conscientes de la forma en que se relacionan con sus hijos, no se dan cuenta de que sus hijos podrían recibir de su parte un trato más respetuoso y.. me atrevo a decir que todo cambiaría radicalmente. También creo firmemente que para ser capaz de respetar las necesidades y sentimientos del otro, primero es necesario cubrir nuestras propias necesidades y atender nuestros propios sentimientos. Esto implica un trabajo personal. Así que como vemos, esto del respeto no es algo trivial.. pero merece la pena hacer el esfuerzo.

Según dónde nos encontremos, el cambio de paradigma puede ser brutal. Se trata de atender con prontitud el llanto del bebe, acompañarle y darle seguridad en la oscuridad de la noche, poner a su disposición el cálido pecho y los amorosos brazos, acompañarle en su incansable necesidad de exploración, confiar en que cuando tengan hambre comerán y cuando estén saciados pararán, confiar en que cuando tengan frío se pondrán la chaqueta y cuando tengan calor se la quitarán, no ceder a la presión del que dirán cuando no quieren compartir su juguete nuevo con otros niños, dar validez a todos su sentimientos, también a los que esta sociedad considera negativos como la ira, tristeza, ..., respetar y apoyar su decisión de saludar, despedirse o besar a gente que para ellos pueden ser desconocidos, respetar su decisión de no recoger los juguetes en el momento en el que se lo pedimos, NO DAR ORDENES SINO HACER PETICIONES.. y podría seguir hasta el infinito porque son infinitas las situaciones que podemos vivir.

Los que frecuentamos los parques podemos ver a menudo escenas del tipo: una madre cogiendo a un bebe rojo de llorar en el cochecito mientras dice "ah, claro, esto es lo que querías verdad? que te cogiera", una señora diciendo a un niño (que no tiene ni por qué conocerle) "uy que feo te pones cuando lloras", una madre diciendole a su hijo que si no se come todo no hay helado, un padre quitándole el juguete a su hijo para darselo a otro mientras argumenta que tiene que aprender a compartir, una niña gritando porque su abuela le está poniendo la chaqueta a la fuerza, un niño que se cae y rompe a llorar mientras todos a su alrededor le dicen "venga, que no ha sido nada", un padre dandole un manotazo a su hijo a la vez que le dice "no se pega".. amenazas de irse a casa e incluso azotes. Muchas de estas típicas situaciones darían para un post ellas solitas pero solo quería resaltar lo terriblemente habitual (que no normal) que es tratar sin respeto a los niños.

Algo que nos puede servir de guía o recordatorio a la hora de tratar con respeto a los niños es "tratarlos como tratarías a un adulto". Por ejemplo, a mi pareja le puedo decir después de cenar "puedes recoges la mesa, cariño?" y el me puede contestar que no, verdad? pues bién, independientemente de cómo me siente en ese momento su respuesta, tengo que aceptarla.. jamás le amenazaría con dormir en el sofá o con que hasta que no la recoja no puede ver la tele (suena hasta gracioso :oD). Pues lo mismo cuando le pido a mi hija que recoja los juguetes. En ambos casos puedo ser yo la que acabe recogiendo la mesa o los juguetes si quiero que quede recogido. La necesidad de orden en ese momento es mia, ni de mi pareja ni de mi hija. Podemos trazar estrategias para que se satisfagan las necesidades de todos y estas estrategias serán diferentes, claro está, según se trate de un adulto o de un niño.

Y con este ejemplo enlazamos con el respeto hacia nosotros mismos. El hecho de que yo como madre respete las necesidades y emociones de mis hijos no debe anular mis propias necesidades y emociones. Desde el respeto debemos transmitir, siempre teniendo en cuenta el grado de desarrollo y la capacidad de comprensión de nuestros hijos, nuestras propias necesidades, y buscar las estrategias para que todos salgamos ganando. Por supuesto que las necesidades de un bebe son mucho mas apremiantes que las nuestras pero enseguida nuestros hijos cumplen 2, 3, 4 añitos y son capaces de recibir un "cariño, mama necesita estar segura de que no te va a pasar nada al cruzar la carretera, tu no me quieres dar la mano para cruzar.. como podemos hacer para cruzar de forma segura?" Si les damos la oportunidad nos sorprenderán con su ingenio para encontrar soluciones.

Y cuando surjan conflictos, y cuando dudemos, y cuando otros nos auguren una vida catastrófica si seguimos tratando asi a nuestros hijos, recordemos que nunca el amor y el respeto han creado monstruos.