Sucedió hace unos días.. en el parque, una tarde cualquiera.. llegamos y J simplemente soltó su bici y salió corriendo a subirse a una de esas construcciones con rampa, viga, escaleras, cuerdas y un par de toboganes que no parece que vayan a dar tanto de sí hasta que ves a un niño sacarles todo su jugo. En ésto que aparece una niña algo mayor que J , se acerca a la bici tirada en el suelo y sola.. y la coge. J que lo ve se apresura a bajar por uno de los toboganes, se acerca a la niña mientras grita algo (solo él sabe qué), se la quita de las manos, se monta en ella y se larga. La niña corre detrás de él.. y casi al instante, la persecución se torna en juego, los gritos en risa y así pasaron un rato.. corriéndo una detrás del otro por todo el parque.
Yo observaba desde un banco y me quedé maravillada. No sé dónde estaba la madre de la pequeña, ni siquiera sé si vió la escena.. el caso es que si ella o yo hubiéramos intervenido en el conflicto, dando lecciones sobre "el compartir" o "la propiedad", no hubiéramos dejado lugar a lo que sucedió unos segundos después.
Me pregunto cuántas escenas de este tipo hemos impedido que sucedan, cuántas rivalidades hemos creado entre niños. Para mí es un tema complicado éste. La teoría no tiene en cuenta todos los factores que aparecen en la práctica y además, hay muchas y muy diferentes teorías.
Por un lado comparto la teoría de la No-intervención y también creo en el ejemplo cómo método eficaz y natural de adquisición de valores y herramientas para solucionar conflictos. Y aunque pueda parecer que estas dos líneas de actuación no pueden coexistir, lo cierto es que sí pueden. Y comento ésto porque hubo un tiempo en el que no veía la forma.. por ejemplo, cuando mi hijo se acerca a la niña para arrancarle la bici de sus manos.. puedo estar tentada a acercarme y mostrar a mi hijo, con mi ejemplo, como se "piden" las cosas "correctamente".. de esta forma, el dar ejemplo sí que estaría interfiriendo en la No-intervención. Sin embargo, tengo un montón de oportunidades cada día para mostrar a mi hijo una forma adecuada de pedir las cosas o de comunicar que no deseo prestar mis cosas en este momento. El parque podemos considerarlo como el terreno para poner a prueba las habilidades adquiridas, no creéis? podemos verlo como SU espacio y lo ideal sería que los adultos no intervinieran hasta que el niño lo pida.. o el sentido común nos lleve a hacerlo, claro!
Sin embargo, la cosa no se reduce a detectar tentaciones propias.. porque el parque, además de contener niños, está lleno de adultos también.. y ésto, a mi parecer, complica aún más la situación. Yo confieso que siento presión por el "qué dirán" de otras madres y padres.. siento que se espera de mí determinadas actuaciones ante determinados comportamientos de mis hijos.. y así , en más ocasiones de las que me gustaría, me traiciono a mí misma, a mis hijos y al principio de No-intervención. Y creo que la presión es mayor cuándo son madres o padres conocidos. Reconozco que ésta es una cuestión únicamente mía y no pretendo cargar a nadie con mi responsabilidad. Os contaré que en nuestro pequeño grupo de crianza, acordamos entre las madres que ante los conflictos, cada una de nosotras atenderíamos los sentimientos de nuestro hijo o hija, quitándonos esa responsabilidad, casi siempre impuesta socialmente, de reparar los "daños" en el otro niño o niña o de responder frente al adulto que acompaña al otro niño o niña. Así, cuándo por ejemplo mi hijo agrede a otro, yo me centro en mi pequeño.. reconociendo esos sentimientos que le llevaron a agredir, indagando en los que han surgido tras la agresión, etc.. me siento libre de las expectativas de las otras madres sobre mí, ellas están ocupándose de sus hij@s. Y es que muchas veces las madres y padres nos hacemos responsables de los actos de nuestros hijos y nos sentimos obligados a responder por ellos ante los otros adultos de formas muy diversas.. sin embargo, nosotros las madres y los padres somos responsables de nuestros hijos, no de sus actos. Y esta diferencia es muy sutil.
A mí personalmente, no me gusta echar broncas a mis hijos en público para enseñarles nada ni para demostrar a los demás nada, cuando veo la necesidad de comentarles algo respecto a un comportamiento suyo lo hago en privado, en casa o apartándome un poco de la gente.. como lo haría con mi pareja, por ejemplo. Me parece la forma respetuosa de hacerlo.
El caso es que tendré que ver a qué se debe esa inseguridad en mí misma o esa necesidad de aprobación por parte del resto o por qué me turba el no cumplir con las expectativas de los demás.. estas cuestiones pertenecen a mi ser social y los sentimientos que surgen me sirven para seguir conociendo más rinconcitos de mí misma. Es otra de las facetas que quedan al descubierto con la maternidad.
Carol, estoy totalmente de acuerdo con lo que has comentado. Yo también pienso que hay que dejar a los niños un poco a su aire, y ver hasta dónde son capaces de resolver los conflictos por sí mismos, siendo nosotros un mero espectador. Cuando les observamos aprendemos mucho más, y sabemos dónde podemos reforzar para que las situaciones mejoren. Claro está que en algunos casos por propia seguridad sí debemos intervenir. En cuanto al sentimiento que comentas lo compartí durante mucho tiempo, el qué hacer por el qué dirán, y te digo que hoy en día me da muy igual. Hago lo que veo que necesitamos hacer sin importarme el que puedan juzgarme o hablar. Cómo y cuándo sucedió ese cambio en mí la verdad es que no lo sé. Las cosas con los niños es mucho mejor tratarlas en privado, nadie tiene por qué enterarse de cuando tu hijo/a es reprendido ni el por qué, y los niños también se sienten más a gusto así, y quedan más abiertos a entender lo que ha sucedido y lo que tú quieres decirle, de la otra forma suelen sentir verguenza, provoca miradas y comentarios de otros niños sobre la reprimenda y el niño termina por no prestar la atención que necesita el "problema" centrándola más a esos nuevos sentimientos que le han surgido. No sé si me he explicado bien pero bueno... besos guapa!!
ResponderEliminarZulema, te has explicado perfectamente. Qué maravilla que ya no sientas la presión de los demás espectadores.. supongo que ésto sucederá como comentas.. sin darte cuenta. Y tiene que ser muuuuy liberador. Gracias por ampliar lo que intento transmitir en el post. Besos!
EliminarCreo que la preocupación por el "qué dirán" nos afecta a muchas de nosotras, aunque a veces no queramos reconocerlo.
ResponderEliminarYo intento la no intervención pero la verdad es que me cuesta, no se, termino dándole vuelta y vuelta a todo. Mi hija se queda en las escaleras de un columpio sin subir ni bajar, viene otro niño mas o menos de su edad que quiere subir, y como ella no se da por aludida pues le expongo la situación y le sugiero que suba o deje pasar al niño. No se me ocurre otra forma de hacerlo, porque entonces, se quedarían todos los niños esperando a que mi hija decida hacer algo? Qué difícil, al menos para mí.
Pero es verdad que el sentimiento de que se espera algo distinto de mí de otros padres (excepto en los grupos de crianza) lo tengo casi siempre. Es uno de los motivos, entre otras cosas, por los que muchas veces no voy a gusto a los parques, ¿seré una antisocial?
Besitos
Carol, a eso me refería justamente cuando decía que la teoría está clara pero en la práctica se complica todo un poco jeje intervienen demasiados y muy diversos factores. Además hay que tener en cuenta la edad del niño claro, porque no es lo mismo los 2 años que los 5. Me gusta lo de sugerir. Y también me gusta, si es posible, situarme algo alejada para evitar intervenciones rápidas. Antisocial? no mujer! jajaja Besos!
EliminarComo escribes maja!!!! No se a que te dedicabas pero.., porq no escribes un libro sobre crianza, reflexiones de madre... Que se yoooo
ResponderEliminarJajaja muchas gracias Gloria!! Se agradece un montón la confianza!! Besos!!
EliminarMuy cierto!!! Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarGracias a tí Zary por pasarte por aquí :) Besos!
EliminarPues si, es cierto que muchas veces la presión social nos puede. Yo también intento no intervenir, pero muchas veces me siento obligada, especialmente cuando están la mamá o el papá de otro niño que parece que me piden explicaciones y al final, lo que podía ser un bonito juego entre los niños, o un momento de aprender, termina convirtiéndose en un diálogo de besugos entre los padres. Y muchas veces, cuando vamos con más gente, a mi marido le digo que parece que le van a hacer un examen acerca de lo educados que son los niños. Habrá que buscar de dónde nos viene esta vena.
ResponderEliminar¡Gracias por compartir!
Besos!
Ay si! esa es la presión a la que me refería.. cuando ves claramente lo que esperan de tí otros adultos. Son muy incómodos esos momentos y como dices probablemente estemos chafando un momento de juego entre niños. Gracias a tí por comentar! Besos!
EliminarAquí otra antisocial XD. Buena reflexión y buena entrada. De verdad qué cómo escribes! :).
ResponderEliminarEn mi caso intentó no intervenir e intento quedarme observando en la distancia, excepto cuando me llama mi peque o veo que pasamos a forcejeos y a pegar a otros niños, porque considero que debo entrar en la situación y explicar las acciones positivas a seguir.
Besotes!!!.
Esa también es mi estrategia.. la de quedarme un poco distanciada. Pero hay veces que mis niños me requieren para jugar con ellos o para que intervenga en algún conflicto. Claro, la cuestión no es abandonarles sino darles espacio y oportunidad de resolver sus cosas. Gracias por tus palabras bonita! Besos!
EliminarQué difícil lo veo. En mi caso, que es pequeña, me veo "obligada" a intervenir a menudo cuando ella intenta coger juguetes de otro niño o cosas por el estilo. Si un bebé se acerca a Blanca a jugar y le quita alguno de sus tesoros prefiero que sea su madre la que le diga algo...¿No os pasa lo mismo? Por eso si lo hace ella procuro intervenir...
ResponderEliminarHombre, como le decía a Carol, hay que tener en cuenta la edad del niño. Con un año tenemos que estar a su lado.. y el no intervenir puede reducirse a "hacerles de red" mientras suben y bajan. Respecto a coger los juguetes de los demás niños, no se.. si el juguete está en ese momento sin niño no veo inconveniente que lo coja, lo examine, juegue.. nosotras estaremos a su lado para hacer la petición oportuna, cuidar que no lo estropee o dejarlo en caso de que su dueño no quiera compartirlo. Otra cosa es arrebatar de las manos de otro niño el juguete. Es que vuelve a haber un montón de situaciones. Y el hecho de transmitir todo el rato la idea de ésto no es tuyo no lo cojas no me convence.. por qué entonces los demás cogen lo suyo? no se si me explico.. no me parece que fomente la solidaridad. Prefiero más transmitir lo de éste juguete es de esa niña, vamos a pedirselo a ver si nos lo deja. Y a mis hijos les intento transmitir que ellos tienen dos opciones.. dejar su juguete o no dejarlo.. incluso jugar junto al niño que se ha acercado. Vuelve a haber un montón de situaciones. Esto da para otro post :) Besos!
Eliminar"A mí personalmente, no me gusta echar broncas a mis hijos en público para enseñarles nada ni para demostrar a los demás nada, cuando veo la necesidad de comentarles algo respecto a un comportamiento suyo lo hago en privado, en casa o apartándome un poco de la gente para tratarlo en privado.. como lo haría con mi pareja, por ejemplo. Me parece la forma respetuosa de hacerlo."
ResponderEliminarMe has hecho reflexionar mucho. Recuerdo que a veces me sentía incómoda de niña cuando reñían a mis primos o a mis amigos delante de mí o de quien sea. Es cierto que se percibe como una especie de vergüenza porque te dejan en evidencia y las cosas se pueden decir de otro modo y en privado. Una vez más falla el respeto hacia los niños.
Un abrazo.
Sí, es exactamente eso.. dejarles en evidencia, provocarles vergüenza.. eso para mí es humillación y falta de respeto. Besos!
EliminarMi linda, Carol, no podría sentirme más en sintonía contigo! Para mí también es muy delicado, me siento muy novata y pequeñita a veces. Lo que me cuesta más manejar son las situaciones en las que otros adultos intervienen directamente ante los comportamientos de la Cereza. Que le digan lo que puede o no hacer, advertirla del peligro antes de llegar, la inciten a acusar a otro niño de "malo" o "tonto" por no compartir con ella o traten de darle lecciones sobre el compartir cuando se trata de su pelota. Es como una extraña ley no escrita en la que en el parque la función de educar forma parte de todos como si se tratara de un centro escolar. Y una cosa es echar un ojo a otros niños cuando juegan cerca de ti y otra muy diferente tomarte la libertad de actuar como educador. En estos casos siempre intervengo, entiendo que ya se han roto claramente las barreras de no intervención y ha pasado a ser un tema de adultos sin ninguna necesidad.
ResponderEliminarOtro punto delicado para mí es cuando ella solicita claramente mi ayuda, cosa a días constante, cuando alguien le arrebata sus objetos. Me busca, me llama, en fin, me cuenta y me guía. La escucho, le explico y trato de que acuda a resolver el conflicto sin sentirse desatendida... no es sencillo.
Me ha enamorado ese pacto de amigas, de verdad, es ideal, libre, respetuoso y considerado para todos. Mil besos y muchas gracias por tus reflexiones!
Ay Colo preciosa, esa extraña ley no escrita de la que hablas me puede.. sobre todo cuando es desconsiderada con los pequeños que suele serlo la mayoría de los casos. A la edad de la Cereza y J me parece lógico intervenir y aclararles la situación, que no son malos por ejemplo, a veces no hace falta ni hablar con el adulto-educador.. pero ya verás que más adelante ya no hará falta que intervengamos tanto.. lo veo con L que con su piquito de oro no se calla una jajaja
EliminarJ también suele acudir a mí y agarrándome de la mano me lleva donde algún niño con un juguete jugoso.. esperando que se lo quite para darselo a él.. es dificil si.. a veces se lo pedimos juntos y si al otro niño no le apetece compartirlo en ese momento, muchas veces toca acompañar a J en su frustración.
Gracias linda por completar el post con aportando vuestras experiencias! Besos enormes!
Hola de nuevo Carol!!! Te he otorgado un premio, pásate cuando quieras por mi blog a recogerlo!!
ResponderEliminarUn beso
Gracias mamácolibrí!! Me paso a recogerlo enseguida! Besos!!
EliminarQue verdad es que los niños pequeños no dejan de darnos lecciones cada día a los adultos, yo siempre digo que de los que más llegas a aprender es de los niños. Viendo como se comportan, cómo interactúan entre ellos, como resuelven sus conflictos...
ResponderEliminarLa verdad es que el qué dirán nos afecta bastante yo creo que a todos, sé que es muy difícil pero cada uno debería de criar a sus hijos como le salga de dentro sin tener que justificarse ante nada ni nadie...
Me ha gustado mucho el post Carol. un saludo Aly.
Cierto Aly! Yo también creo que de los niños se puede aprender mucho.. pero hay que mostrarse abierto :) Y creo firmemente en que cada uno deberñia criar a sus hijos como le sale de dentro, como lo siente.. y no solo criar sino vivir.
EliminarGracias y besos!
Si. Los adultos somos muy pesados. Y no solamente en el parque sino tambien en las reuniones familiares.¿ No seria interesante dejar que los niños y niñas resuelvan sus conflictos y solo intevenir si realmente solicitan ayuda?.
ResponderEliminarMe parece muy interesante el acuerdo tomado en el grupo de crianza.Tomo nota de ello.
Uy Marta, a mí me parece interesantísimo el dejar en primera instancia que los niños intenten resolver sus conflictos!! Y también lo es el acuerdo entre madres que os cuento.. si tienes oportunidad te recomiendo que lo propongas y lo probéis!
EliminarBesos!
MUY BUENO!
ResponderEliminarYo también actúo así.
Graciassss!